La sobreinformación y el consumismo lejos de aportar conocimiento y sabiduria crea confusión y desconcierto en el ser humano. En un mundo globalizado saturado por redes sociales , un estilo de vida guiado por algorritmos y dominado por los datos, el individuo, paradójicamente cada vez más aislado, se encuentra al borde del colapso emocional y existencial.
Los deseos se desfragmentan en pensamientos no lineales y oníricos.
La realidad se muestra cada vez más deconstruida. Idea consciente y sueño convergen en el imaginario artístico de nuestro tiempo.